A menudo me han preguntado el porqué del nombre del estudio y del site. Bueno, no es demasiado fácil de explicar.

La bola con el número ocho de un billar es la más especial. Es la única que no tiene color y la que puede decidir la partida en el billar americano en una sola tirada. Debe ser la última en meterse o la única que no se meta en caso de hacer una abertura que meta todas las bolas de color (cosa que yo no he visto nunca). Es por eso la bola que más tiempo estará sobre la mesa, la que hará que todas las bolas de colores sean coladas por orden y la que define la estrategia.

Además es un elemento de la cultura pop. Podemos encontrar llaveros, ceniceros, taburetes, camisetas, parches, cazadoras, e incluso coches con la bola ocho. Esto además de significar admiración por el «pool» americano tiene otra razón curiosa.

Existe (y es muy popular en USA) un juguete que se usa para saber el futuro, es una bola ocho de plástico hueca y rellenada con agua tintada. Su nombre es «Magic Eight Ball». Dentro de ella hay una pirámide con diferentes y ambiguos mensajes como «es posible», «hay buenas perspectivas» o «no lo veo con claridad», etcétera. Al agitar esta bola después de formularle una pregunta el caos, la casualidad o lo aleatorio hace que sólo veamos una de sus caras. En definitiva es el mismo principio que el i-ching en el que creen miles de millones de personas, pero muy simplificado, como sólo los americanos saben hacer.

Además estaba el hecho de lo que me atraía la gráfica en blanco y negro, que me permitía trabajar en mi imagen corporativa con una sola tinta, y la irresistible simplicidad de la esfera.

Pero, la verdad, es que así ya tenía todo el merchadising hecho. Cada vez que veas a alguien con una bola ocho intenta acordarte del estudio.